A deep dive Into Self discipline

Una inmersión profunda en la autodisciplina

¿Qué es la autodisciplina?

La autodisciplina es, en esencia, la capacidad constante de controlar las acciones, los sentimientos y las emociones. En lo que respecta a las finanzas, es la capacidad de cumplir con los planes de saldar deudas, ahorrar e invertir. Cuando se tiene la autodisciplina bajo control, se mantiene la motivación y es más probable que se alcance el éxito. Está muy relacionada con la fuerza de voluntad, que es el control de los impulsos y las acciones de uno.

Beneficios de la autodisciplina

Mejorar tu autodisciplina tiene muchos beneficios, entre ellos:

  • Disminuye la ansiedad: Cuando tienes el control de cómo actúas, es menos probable que te sientas ansioso.
  • Aumenta tu capacidad para alcanzar tus objetivos a largo plazo: Con menos distracciones y contratiempos autoimpuestos, tener autodisciplina te permite alcanzar tus metas. También significa llegar a ellas más rápido que si te permitieras distraerte.
  • Te hace sentir más feliz: Cuando estás en el camino hacia el logro de tus objetivos, te sientes más feliz porque estás progresando. La autodisciplina es un factor importante para lograrlo.
  • Te vuelves más resiliente : a medida que tu autodisciplina crece, tu capacidad para resistir la tentación aumenta. Esto, a su vez, te hace más resiliente a medida que enfrentas diferentes circunstancias.

7 formas sencillas de mejorar tu autodisciplina

Aprender a desarrollar habilidades de autodisciplina puede permitirle abandonar malos hábitos, lograr objetivos a corto y largo plazo y cambiar su vida por completo. Aquí, hemos delineado siete pasos para desarrollar su autodisciplina y trabajar para lograr la vida mejor que se merece. Bueno... si trabaja para lograrla.

1. Cuenta atrás y luego actúa

Cuando te sientas particularmente desmotivado, cuenta regresivamente desde diez y luego oblígate a hacer lo que sea que estés haciendo. Una cuenta regresiva rápida puede ayudarte a ponerte en el estado mental adecuado para motivarte. A veces, todo lo que necesitamos es un pequeño empujón para dar el siguiente paso: así es como comienza la autodisciplina.

2. Coloca tus objetivos en un lugar donde puedas verlos todos los días.

Escribir un objetivo lo hace aún más real. Cuélgalo en algún lugar donde lo veas a menudo y te sirva de inspiración: en tu escritorio de trabajo, en tu dormitorio, en tu auto, etc. Escribe el objetivo en tu agenda anual. Colócalo en el calendario de tu cocina.

También puedes configurar recordatorios de calendario reales en tu teléfono para que suenen una vez a la semana aproximadamente. Pero sé amable contigo mismo. No te asustes ni te avergüences de tus objetivos; más bien, sé feliz, positivo y alentador. Aumenta la autodisciplina agregando citas motivadoras de personas que admires. ¿No estás seguro de tener ¿Los objetivos correctos? Dedica algún tiempo a revisar tus objetivos para asegurarte de que se alineen con lo que realmente quieres para ti.

3. Recuerda por qué empezaste

Mantén tu objetivo final en mente sin permitirte olvidar dónde comenzaste. Recuérdatelo constantemente —especialmente cuando se vuelve difícil— cómo y por qué estableces este objetivo y qué habrás logrado cuando lo hayas logrado.

Visualízate tomando el control total de tu vida y logrando cualquier objetivo específico que te hayas propuesto. Configura recordatorios en tu teléfono para recordarte lo lejos que has llegado y lo orgulloso que estás. Afirmaciones También son una excelente manera de mantenerte concentrado en tu "por qué".

4. Establezca metas pequeñas primero

Intenta no agobiarte poniéndote el listón demasiado alto. Aumenta tu confianza estableciendo y logrando un objetivo pequeño antes de intentar uno grande. Por ejemplo, si tu objetivo final es correr ocho kilómetros sin parar, establece como objetivo inicial correr un cuarto de milla sin parar. Sé paciente contigo mismo y trata de no frustrarte con el proceso. Lograr esos objetivos pequeños primero puede darte la motivación que necesitas para seguir adelante.

5. Practica la priorización

Decide a qué tareas vale la pena dedicarle más esfuerzo y luego organiza tu día para completarlas por completo. Si estableces un plan de estudio, tendrás menos probabilidades de postergar las tareas menos agradables. Pon las cosas que no necesariamente te gustan en el primer lugar de tus prioridades y te sentirás aliviado de haberlas hecho en lugar de posponerlas para otro día.

6. Conozca sus debilidades

Luego, combátelos de manera proactiva. Determina cómo podrías cometer un desliz y cómo puedes evitar que eso suceda. Si sabes que debes correr 5 km este sábado, pero tu amigo va a hacer una barbacoa el viernes por la noche, tal vez sea mejor que no lo hagas.

Si sabes que tienes que empezar a trabajar una hora antes pero eres un poco trasnochador, invierte en melatonina. Tienes las herramientas para luchar contra tus propios demonios. Solo tienes que cazarlos.

7. Haz que tus amigos te ayuden a rendir cuentas

Es menos probable que no cumplas tus objetivos si alguien a quien admiras te observa. Haz que tu héroe (o simplemente tu mejor amigo) establezca un objetivo junto contigo. Pueden animarse mutuamente y, cuando las cosas se pongan difíciles, pueden estar ahí para darse ese empujón extra.

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